2.7.13

15

Otro día más, a clase. Menos mal que era viernes y el día no pintaba tan horrible, salvo por el hecho de tener literatura a primera hora.
Nada más llegar a la parada de bus llegó, así que subí y encontré un asiento libre junto a la ventana. El bus arrancó pero justo dos segundos después volvió a parar y abrió la puerta. Por la puerta entró Axel, jadeando ya que parecía que había corrido para no perder el bus. Me vio y decidió sentarse a mi lado. "Oh, genial..."
-¡Hola Ari! - me saludó alegremente.
-Ah, hola...
Me giré y miré por la ventana porque no me apetecía ni una pizca cruzar palabras con él. Estaba rabiosa porque desde aquella tarde en su casa no me había dicho nada salvo alguna que otra cosa en clase relacionado con deberes o trabajos. Tampoco buscaba que me dijera que me quería o que lo había dejado con Clara, pero no sé, creo que pedirme perdón es lo mínimo que podría hacer. Mientras mis pensamientos viajaban de un lado a otro girando alrededor de Axel, fue el propio Axel el que los interrumpió:
-Ari
-¿Hm? - respondí sin dejar de mirar por la ventana
-Verás... estos días he querido acercarme a ti para hablar sobre lo que pasó el otro día en mi casa pero Clara estaba muy mosqueada y estaba evitando una disputa... En fin, que el otro día se me fue un poco de las manos, me dejé llevar y... - se quedó en silencio un instante aunque parecieron horas - Lo siento, lo siento muchísimo. Fui muy egoísta contigo porque quise que nos enrolláramos cuando todavía estaba con Clara y después de que ella se hubiera metido contigo por lo de la fiesta. - estábamos llegando a la parada del instituto - Me comporté como un capullo y... no sé, no sé cómo decirte que lo siento.
El bus paró y yo me levanté para irme, y antes de salir, sin mirarle le dije:
-Sí, te has comportado como un completo capullo y has tardado la vida en pedirme disculpas, pero bueno, supongo que las acepto. - Le miré un instante y salí.
Busqué a Carmen por todas partes antes de entrar a clase porque quería contarle que al fin Axel se había atrevido a hablarme y a pedirme perdón pero no la encontré.
-¿Has visto a Carmen? - le pregunté a Damián cuando me senté esperando a que llegara el profesor de literatura.
-Qué va, me mandó un mensaje esta mañana y me dijo que su hermana pequeña tenía fiebre y que se tenía que quedar a cuidarla. Ya sabes, los padres trabajan y su abuela está en el pueblo así que no queda nadie más que ella para cuidarla
-Ya... - pusimos cara de fastidio los dos y decidí comentarle lo que había pasado hacía un rato a Damián pero justo entró Axel por la puerta así que decidí aplazar esa conversación para más tarde.

El día pasó volando y se hizo la hora de volver a casa. A la salida, Damián y yo caminábamos divertidos riéndonos recordando a la profesora de inglés que se había vuelto medio loca en clase. Justo cuando nos íbamos a separar para yo ir a coger el bus y el ir a su casa me dijo:
-Oh Dios... mira quién a venido a buscarme.
Damián dirigió su mirada hacia un chico alto, vestido con una camisa que marcaba todos y cada uno de sus abdominales, que mostraba una sonrisa radiante y que estaba apoyado en el capó de un coche plateado.
-Joder, Damián, podrías haber avisado de que ese tal Julio estaba como un puto tren. Ya verás cuando Carmen lo vea... ¡va a flipar!
Nos acercamos a él y Damián me lo presentó y le preguntó que qué hacía allí:
-He venido a buscarte por si te apetecía ir por ahí a comer algo y a dar una vuelta
Hablaba como los ángeles, qué voz más sensual Dios mío.
-Sí, genial - respondió Damián, al que los ojos le hacían chiribitas
-¿Te apetece venir con nosotros Ariadna?
-¿Yo? No, gracias por la oferta pero mi madre me espera en casa con el plato sobre la mesa. Si eso otro día podemos ir todos a tomarnos una cerveza o algo
-Me parece genial - respondió Julio y Damián asintió
Me despedí de los tortolitos y me fui hacia el bus mientras Damián se subía en el coche sonriendo. Me encantaba verle con alguien tan feliz porque parecía que quería tener algo más que un buenorro para echar un polvo, y era lo que él necesitaba, amor y no sólo sexo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario