26.6.13

14

Aquel día amanecí con una sensación distinta, no tenía la misma desgana de siempre al poner los pies sobre el suelo. Me había despertado con ganas y nadie lo iba a estropear. En ese día la mejor forma de evadirme iban a ser mis amigos de los cuales casi no sabía nada debido a todos los problemas que me acechaban últimamente.
Quedamos en casa de Carmen acompañados como siempre de todo un banquete de galletas, patatas y chocolate mientras comentabamos los cotilleos de la semana.
-Pues dicen que Axel lo ha dejado con Clara... ¿Tú sabes algo Ari? - suelta Carmen mirándome como si se me hubiera olvidado contarle algo.
-¿En serio? No, no sé nada de él desde hace semanas, la verdad es que me da igual lo que haga o deje de hacer - digo con un tono de rabia intentando aparentar indiferencia.
-¿Y de Arturo? Ayer se rumoreaban cosas muy feas sobre ti, te llamaban de todo menos guapa... No nos has contado que pasó con él, por cierto - interviene Damián.
-¿Qué va a pasar? Empezó a desenterrar cosas del pasado intentando arreglar lo irreparable y le mandé a freír espárragos, ninguna novedad...
-¿Pero no te dijo nada importante? No sé tía ha pasado mucho tiempo, no deberías seguir siendo tan rencorosa - dice Carmen calmadamente intentando evitar alterarme, pero no lo consigue.
-No, no me dijo nada importante, pasaba de hablar con él, no sé para qué vino... Y, ¿cómo que rencorosa? ¿Y qué voy a hacer? ¿Sonreírle como si no pasara nada? Lo siento pero no.
-¡Di que sí! Ese no se merece ni los buenos días, no sé ni como se atrevió a ir a tu casa - suelta Damián. Muy típico de él ser tan rencoroso.
-En fin... Solo te digo Ari que tengas cuidado porque si las cosas han sido complicadas, ahora lo serán más, sobre todo con Clara... Pero bueno, ¿qué fue eso que nos querías contar el otro día que era tan "súper mega fuerte" Damián? - comenta rápido Carmen al ver mi cara de pocos amigos para evitar discutir.
-Ah sí, me enrrollé con uno muy mono el otro día.
-¿QUEEÉ?- Gritamos Carmen y yo a la vez.
-Sí, sí, se llama Julio y nos conocimos en un pub muy mono a unas manzanas de aquí... ¡Fue amor a primera vista segurísimo!
-¡Qué fuerte! - expresa Carmen, mientras yo sin quererlo me ausento pensando en mis problemas otra vez pasando la voz de Damián a un segundo plano y mis pensamientos al primero. "No quise escuchar a Arturo y a lo mejor tenía algo importante que decirme... ¿Y Axel? ¿Qué le habrá pasado con Clara? Debería haberle dejado ella a él por cerdo, no al revés... ¡Bah! Si a mí eso me da igual, que hagan lo que quieran..." Pero ni siquiera mis propios pensamientos sonaban lo suficientemente convincentes como para dejar de pensar en ello.

21.6.13

13

Me desperté sobresaltada por el recuerdo del beso con Axel aunque había ocurrido hacía casi una semana. ¿Cómo pude haberme dejado llevar de esa manera? Rápidamente me vestí y desayuné algo antes de salir de casa. Justo cuando estaba llegando a la parada del bus vi a un chico con una sudadera que reconocí casi al instante y me entraron ganas de darme la vuelta y volver a casa antes de que se percatara de mi presencia. Pero entonces se giró y sí, había acertado totalmente, era Arturo, el que me había robado tantas lágrimas. Buscó mi mirada, pero yo evité totalmente el contacto visual y me di la vuelta para ver si llegaba el bus. "¿Por qué cojones estará aquí? Seguro que viene a buscar a alguna amiguita suya...". Escuché un carraspeo:
-Ehm... ¿Ariadna? - me giré bruscamente y casi escupí:
-¿Qué quieres?
-¿Podemos hablar?
-No sé de qué tenemos que hablar tú y yo
-Venga por favor, el otro día te ayudé con la peleita que tuviste con la tía esa, devuélveme ese favor, no me seas.
-Yo no te pedí que me ayudaras, lo hiciste porque quisiste, así que no te debo ningún favor.
-No seas idiota, vámonos por ahí a desayunar y a tomarnos un café que me apetece hablar contigo y saber qué es de ti.
A pesar de no querer quedar con él tampoco tenía ganas de ir a clase y aguantar las miraditas (a veces lascivas, a veces interrogantes) que Axel me llevaba lanzando toda la semana por no hablarle así que decidí hacer pellas. Un día no haría daño a nadie.
Cogimos un bus y acabamos en un parque tomando un café y unos croissants.
-¿De qué querías hablar conmigo? - pregunté al rato, desconfiada
-Nada, solo quería saber qué tal estabas
-No me convences, si no quisieras hablar de algo en concreto no hubieras venido a buscarme
-Ya... en fin, me sigues conociendo después de este tiempo sin hablarnos - se rió pero sus ojos no mostraban una pizca de alegría - Nada, es sólo que... no sé, lo dejamos todo de manera tan radical que todavía no entiendo como pudo pasar.
"¿Hola? ¿Pero a este tío que cojones le pasa en la cabeza?"
-¿Que te liaras con Nira, que encima es mi prima, no es razón suficiente para dejarlo o qué? ¿Cómo puedes tener tanta cara de preguntarme algo así?
-Ya... bueno... no sé, es que nunca llegamos a hablarlo realmente y no dejaste que me explicara...
-¿QUÉ COJONES ESTÁS DICIENDO? ¿Pero tú desvarías o qué? Hola te pongo los cuernos con tu prima y con ganas, pero deja que me explique porque no es lo que parece... ¿eres idiota o qué? Te creía con un poco más de cabeza, joder.
Me levanté para irme y me agarró del brazo:
-Joder Ari no te vayas, no quería ofenderte ni nada...
-QUE ME SUELTES JODER.
Me zafé de su asquerosa mano y caminé rápidamente hacia la parada de bus haciendo caso omiso a sus plegarias para que volviera y poder hablar. "¿Pero quién cojones se ha creído este inútil que es para ponerse así?". Y entonces me di cuenta de que algo pintaba negro en todo aquello. ¿Por qué se había metido en la pelea? ¿Por qué quería hablar conmigo ahora? ¿Por qué tanto interés en nuestra antigua relación?
Demasiadas preguntas y a mí me faltaban todas las respuestas. Si mi vida fuera un examen sacaría un cero bien redondo.

17.6.13

12


 La pelea del día anterior con Clara era la novedad del día, por lo que hoy me tocaba aguantar todo tipo de comentarios y chismorreos de gente que se cree graciosa o simplemente importante por hablar con la víctima de la situación.
Las ganas que tenía de ir a clase aquel día eran de cero y descendiendo en picado y las de ver a Axel eran de menos infinito, al cual justamente le estaba viendo a lo lejos apoyado en la puerta de clase con los cascos de música puestos creyéndose el rey del Olimpo.
-¡Buenos días! - Me dice esbozando una sonrisa e interponiéndose en mi camino. Me empano una milésima de segundo con su boca y después le aparto para poder pasar sin dirigirme a él nada más que expresando una mueca de mi claro enfado.
Dejo mi mochila e intento buscar a Damián para hablar con él cuando de repente Axel aparece por detrás y me toca el hombro para que me gire.
-¿Qué pasó ayer Ari? Me dejaste plantado y el trabajo lo tenemos que entregar mañana, me da igual si tienes un mal día pero soy nuevo y no quiero empezar con mal pie en el instituto suspendiendo mi primer trabajo.... - ¿Qué qué me pasa? Pero este que se ha creído ¿que voy a estar tan tranquila con él después de lo de ayer? Que ganas de mandarle a la mierda pero no puedo, por desgracia tiene razón y yo tampoco quiero suspender.
-Nada, me quede dormida, podemos quedar hoy... pero poco rato que tengo que...hacer cosas. - En realidad solo quería estar el menor tiempo posible con él.
-Hecho. Mejor hoy te espero en mi casa a las seis que no me apetece bajar a la parada, además ya sabes donde está. - Y sin dejarme responder se da la vuelta y se vuelve a poner los cascos esperando la llegada del profesor.
Las clases transcurren lentas, con algún que otro comentario a mis espaldas pero el día no se hace tan insoportable como esperaba. Al llegar a casa me tumbo en la cama sin comer a pesar de que mi abuela me insiste sin cesar. No tengo apetito y casi sin quererlo, me quedo dormida despertándome como un reloj a las cinco y media ni un minuto más ni uno menos, así que me arreglo un poco y salgo a casa de Axel. Llego a la puerta de su casa y antes de tocar, me paro un segundo pensativa “Ariadna, no te sometas a sus encantos...” me digo ami misma, y después de eso toco la puerta con decisión y a los segundos aparece Axel tras ella.
Nos ponemos al instante a hacer el trabajo casi sin mirarnos y limitándonos a hablar solo de la asignatura, hasta que él empieza a hacer bromas sobre los distintos profesores del instituto, el rellenito de lengua que cada vez que levanta el brazo para escribir en la pizarra se le ve el ombligo, le llama “bailarina del vientre”, y luego sobre las muletillas del profesor de matemáticas, las gafas horteras de la de biología... y una larga lista de bromas que acaban sacándome más de una sonrisa.
-Bff... Y tú porque no estás en primera fila, pero ¿no te has fijado que el de mates se apoya en las mesas de delante? Pues se pone así a esta distancia de nosotros y encima te mira con cara de loco que parece que te va a comer – Me lo dice mientras se acerca ami imitando los gestos del profesor de matemáticas. Entonces yo me río mientras él me sonríe mirándome fijamente,“mierda Ariadna no le rías las gracias...Joder pero es que es tan mono... ¡No, basta!”.
-Emmm, bueno creo que ya hemos terminado y también creo que me voy a ir...- Le digo algo cortante y me levanto del sofá preparada para irme.
-Espera Ari- Me dice agarrándome del brazo. Me giro y antes de decir una palabra me besa. Un beso dulce y a la vez intenso que hace que la cabeza me vuele a otro planeta olvidándome de todo. Sin quererlo continúo besándole mientras él desliza sus manos por mi pelo bajando lentamente por mi espalda y posándose en mis caderas. Me agarro fuerte de su cuello a la vez que mi respiración se acelera, él me aproxima contra su cuerpo sin dejarme escapar y comienza a pasar sus manos por debajo de mi camiseta acariciándome según avanza hacia arriba. Pero mi cabeza vuelve sobre mis hombros al planeta Tierra y reacciono.
-Axel, para, no, basta- Le digo apartándole.
-¿Qué pasa...?
-¿Pretendes que siga con esto después de que dejaras que tu novia me pegara una paliza ayer? No me puedo creer que seas tan cerdo- Le aparto del todo y me dispongo a irme.
-Pero... ¡Ari! ¡Ariadna!- Me agarra del brazo pero yo lo sacudo obligándole a que me suelte
-No Axel, apártate ¿vale? - Y dejándole con las palabras en la boca, salgo de su casa corriendo dando un portazo casi sin ser consciente de lo que había pasado.

16.6.13

11

Llegué a casa bastante confusa con todo lo que había pasado. Sabía que Clara era muy posesiva con Axel pero no me imaginaba que llegaría hasta ese punto. Cuando entré a casa y me vi de pasada en el espejo de la entrada me di cuenta de que se me notaba el labio muy hinchado.
-Buenas tardes cariño, ¿qué tal hoy en clase? - mi madre me miró y me vio el labio que parecía una salchicha alemana enorme - ¡Ay! ¿Qué te ha pasado en el labio? ¿No te duele? Ven que te pongo un poco de hielo.
-Pues no sé... fue muy raro lo que me pasó... fui a salir del bus y... bueno, un chico parecía que tenía prisa y... me empujó y me comí una barra de esas verticales que hay para agarrarse y eso...
-Bueno no pasa nada, pero ponte hielo que tiene una pinta horrible eso.
Mi madre me dio un hielo que había metido en una bolsa y fui a mi habitación.
Después de comer un poco me tiré en la cama, enfadada. "¿Cómo Axel no había movido un dedo por quitarme a su novia de encima? Tampoco pretendo que vaya a defenderme a mí, pero no sé, que lo haga por su novia que estaba haciendo el ridículo comportándose como una niña pegándome". Seguí pensando en Axel y en lo imbécil que me parecía y justo mientras pensaba en cómo cojones echarle la bronca, empezó a sonar el móvil y ¡sorpresa! Era él. Colgué sin pensarlo dos veces y miré la hora. Las seis. Quedaba media hora para vernos teóricamente pero yo no tenía intención de aparecer por allí. "Que le jodan".
Y de repente, repasando el momento de la pelea, me di cuenta de quién me había "salvado". Sí, Arturo, ese a quién no quería ver ni en pintura. Y la mayor pregunta era por qué demonios se había metido en la pelea a defenderme. "A lo mejor se metió simplemente porque vio que eran dos chicas y que nadie hacía nada... O a lo mejor porque vio que era yo..." Esperando que fuera lo primero más que lo segundo, empecé a escuchar unas voces venir desde el salón que escuchaba casi a la perfección en el silencio de mi cuarto a pesar de tener la puerta cerrada.
-¡Todo esto es culpa tuya! Yo ya no puedo más, si hubieras hecho bien tu trabajo seguro que no te habrían despedido...
-¡No me digas que es culpa mía cuando sabes perfectamente que estaban reduciendo plantilla! Además de que tú llevas años sin encontrar trabajo porque no mueves el culo del sillón para ir a buscarlo, ¡no me digas que es culpa mía!
-¡Pablo tú sabías perfectamente que no podías perder el trabajo! ¡Deberías haber negociado un contrato aunque el sueldo fuera una mierda!
-Mira Almudena, no me jodas más, estoy aquí soportando a tu madre y viviendo en el culo del mundo y haciendo todo lo posible por salir adelante y tú no haces más que echarme las culpas de lo que ha pasado. ¡No aguanto más!
Entonces oí un portazo que supuse que era de la puerta de casa y a mi madre llorar. Odiaba oírlos discutir. Desde que vivíamos en casa de mi abuela no habían dejado de hacerlo, pero creo que nunca habían gritado tanto como aquel día. Oí de nuevo el móvil, era Axel. Volví a colgarle y cerré los ojos. Sólo me apetecía desaparecer.