6.4.12

10

 Esperaba encontrarme a Axel a la mañana siguiente en el autobús, pero no fue así. Quería preguntarle sobre nuestro trabajo, cuando lo continuaríamos o simplemente solo esperaba verle.
Al llegar al instituto estuve hablando en la entrada con Carmen sobre lo que me pasó el día anterior con Axel
-Vaya, este chico lo tiene todo para ser misterioso- me dijo Carmen tras haberla contado lo ocurrido.
-Ya, yo creo que no esperaba a su padre en casa. De todas formas, si tenía algún problema podría habérmelo dicho y supongo que... íbamos a mi casa. - me paré un momento a pensar en mi situación familiar y dudé sobre mis últimas palabras.
-¿Vais a volver a quedar?
-Espero que sí, quería decirle que si terminábamos el trabajo hoy, pero no le veo por ninguna parte.
-Alomejor está avergonzado y no quiere venir.
-No, no creo. No parecía que fuera la primera vez que le ocurría aquello, seguro que viene...- aquello me salió con un tono de detective que dejó a Carmen con cara pensativa.
Tras un silencio de unos segundos, sonó el timbre para entrar a clase. Pasó primera hora, segunda y tercera y Axel aún no se había presentado en clase, asique empecé a pensar que alomejor Carmen tenía algo de razón. 
Por fin a cuarta hora se presentó entrando con unas ojeras que se veían desde el final de la clase, le daban un aspecto de pocos amigos asique no me atreví a dirigirme a él.
-¿Y ati que te pica?- Saltó Damián derrepente tras diez minutos de clase dirigiéndose ami.
-¿Qué?
-Pues que estás ausente chica, llevo esperando cuatro horas a que me hables, y no te he hablado yo porque estás tan empanadísima con la puerta que pensé que te pasaría algo si te desconcentraba.
-Es que estaba mirando a ver si venía
-¿Quien?
-Axel- lo dije bajando el tono mirando a los lados esperando que nadie lo escuchara.
-¡Aaaaaah amiga! Luego dices que no, eh, eh, eh
-¿El qué?
-¡Que te gusta!
-Que no, que solo le espero para... Bah, Damián si es que es imposible hablar contigo sobre estas cosas
-¡No! Venga vale ya paro, pero cuéntame, cuéntame- Me dijo con voz de bribón
-Ya sabes que desde que pasó lo de Arturo no pienso ya en el rollo de enamorarme, Damián- Fue un tono triste sin quererlo.
-¡Ese niñato! ¡Una patada le daba yo en los huevos coño!- Golpeó la mesa con la palma de la mano y junto con un silencio se giró media clase, incluido Axel, pero enseguida la clase continuó sin que la profesora le prestara mucha atención a Damián.- Pues lo que te estaba contando yo, entonces Axel...
-Es lo que es, un compañero, un vecino, un amigo, yo que sé, pero no va más allá de eso
-Aiñs hija, ¡Tienes que liberarte! Arturo es gilipollas y eso lo sabemos todos, pero no significa que todo el mundo lo sea
-Necesito... tiempo. De momento es mi única solución
-¡Siempre te puedes pasar a la otra acera!- Me soltó con una risa de bruja.
Cuando sonó el timbre del fin de las clases, Axel salió corriendo de allí, con mucha prisa al parecer. Llevaba todo el día esperando hablar con él, asique no le iba a dejar escapar y me dispuse a correr detrás de él hasta alcanzarle en el pasillo. Le agarré del brazo para que se detuviera y me miró con cara de sorpresa.
-¡Ari! ¿pasa algo?- Me lo preguntó por mi cara tras haber corrido detrás suyo como una auténtica atleta, esquivando la multitud de gente que abarrotaba los pasillos para salir del instituto.
-No... Es solo que...bueno... ¿Tienes tiempo?- Me había quedado casi sin aire tras esa carrera, aquí es cuando demuestro que el deporte no es mi fuerte.
-Supongo que sí
-Bueno, que solo quería hablarte de lo del trabajo
-Ah... sí
-Pues eso, que... si quieres puedes venirte hoy a casa y lo terminamos... ¡Bueno! Eso si no tienes nada que hacer claro
-Sí, sí
-¿Sí de que quedamos o de que tienes algo que hacer?- Me sudaban las manos, no pensaba con claridad, casi no sabía lo que le tenía que decir y eso que llevaba todo el día planeando la conversación.
-"Sí" de que a las 18:30 te espero en la parada.
Por encima de su hombro vi a Clara a unos metros de nosotros mirándonos a desgana. Se aproximó a nosotros e intentando ser sigilosa agarró a Axel por detrás de la cintura haciendo que se girase para verla y entonces él la besó. Me quedé paralizada un momento observando la situación y al reaccionar me di cuenta de que tres son multitud asique me marché con la mirada al suelo acelerando mi paso.
Salí del instituto pensativa y me detuve ante un semáforo en rojo. Estaba inquieta, pensaba en muchas cosas, en si Damián tenía razón y en lo que acababa de presenciar, aunque no quería darle importancia, no quería pensar en Axel. El semáforo tardaba en ponerse en verde asique pensé en pasar cuando no se asomaba ningún coche, pero antes de que diera ningún paso, una mano me tocó el hombro para que me girara y me asusté, es lo que pasa cuando alguien interrumpe así tus pensamientos. En un segundo rápido antes de girarme pensé que era Carmen o Damián, pero al darme la vuelta descubrí una bofetada directa a mi cara y a la persona que había ejecutado el golpe abalanzándose sobre mi para golpearme más fuerte. Me defendí empujando a mi contrincante para que se alejara de mi y entonces pude ver que quien había empezado aquello era Clara. Volvió otra vez contra mi, esta vez tirándome al suelo y tirándome del pelo. Pude observar que multitud de gente se acercaba para ver la pelea y entre tantas caras pude ver la de Axel y no era una alucinación, estaba allí presenciando la pelea, dejando que su novia me pegara una paliza. Entonces, una mano agarró a Clara por el brazo y la apartó de mi lado como si nada.
-¡Ya basta!- No me podía creer aquello, era Arturo, el “niñato” que supuestamente decía Damián, era el hombre de mis sueños y de mis pesadillas, la típica persona que tienes que olvidar después de la huella destructiva que ha dejado en tu corazón.
Clara se levantó –A ver donde posas tus labios Ariadna no vaya a ser que te quedes sin ellos- y entonces se marchó. Estaba claro que había descubierto lo que había pasado entre Axel y yo.
Arturo seguía allí y me ofreció una mano para ayudar a levantarme, le miré a la cara pensando en por qué había hecho eso y entonces aparté la mirada y me levanté yo por mi cuenta.
Me di cuenta de que Axel se había marchado, pero me daba igual, entonces me pregunté donde estaban mis amigos, cuando derrepente les vi aparecer corriendo para ayudarme y sacarme de allí. En ese instante el semáforo se puso en verde, parecía que aquella pelea había durado una eternidad.

1 comentario:

  1. Por aquí nos pasamos, esperamos que te guste tanto nuestro blog como a nosotras el tuyo. Hace poco que hemos empezado pero toda nuestra ilusión está puesta en cada actualización . Por aquí te esperamos. Un besazo.

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