16.6.13

11

Llegué a casa bastante confusa con todo lo que había pasado. Sabía que Clara era muy posesiva con Axel pero no me imaginaba que llegaría hasta ese punto. Cuando entré a casa y me vi de pasada en el espejo de la entrada me di cuenta de que se me notaba el labio muy hinchado.
-Buenas tardes cariño, ¿qué tal hoy en clase? - mi madre me miró y me vio el labio que parecía una salchicha alemana enorme - ¡Ay! ¿Qué te ha pasado en el labio? ¿No te duele? Ven que te pongo un poco de hielo.
-Pues no sé... fue muy raro lo que me pasó... fui a salir del bus y... bueno, un chico parecía que tenía prisa y... me empujó y me comí una barra de esas verticales que hay para agarrarse y eso...
-Bueno no pasa nada, pero ponte hielo que tiene una pinta horrible eso.
Mi madre me dio un hielo que había metido en una bolsa y fui a mi habitación.
Después de comer un poco me tiré en la cama, enfadada. "¿Cómo Axel no había movido un dedo por quitarme a su novia de encima? Tampoco pretendo que vaya a defenderme a mí, pero no sé, que lo haga por su novia que estaba haciendo el ridículo comportándose como una niña pegándome". Seguí pensando en Axel y en lo imbécil que me parecía y justo mientras pensaba en cómo cojones echarle la bronca, empezó a sonar el móvil y ¡sorpresa! Era él. Colgué sin pensarlo dos veces y miré la hora. Las seis. Quedaba media hora para vernos teóricamente pero yo no tenía intención de aparecer por allí. "Que le jodan".
Y de repente, repasando el momento de la pelea, me di cuenta de quién me había "salvado". Sí, Arturo, ese a quién no quería ver ni en pintura. Y la mayor pregunta era por qué demonios se había metido en la pelea a defenderme. "A lo mejor se metió simplemente porque vio que eran dos chicas y que nadie hacía nada... O a lo mejor porque vio que era yo..." Esperando que fuera lo primero más que lo segundo, empecé a escuchar unas voces venir desde el salón que escuchaba casi a la perfección en el silencio de mi cuarto a pesar de tener la puerta cerrada.
-¡Todo esto es culpa tuya! Yo ya no puedo más, si hubieras hecho bien tu trabajo seguro que no te habrían despedido...
-¡No me digas que es culpa mía cuando sabes perfectamente que estaban reduciendo plantilla! Además de que tú llevas años sin encontrar trabajo porque no mueves el culo del sillón para ir a buscarlo, ¡no me digas que es culpa mía!
-¡Pablo tú sabías perfectamente que no podías perder el trabajo! ¡Deberías haber negociado un contrato aunque el sueldo fuera una mierda!
-Mira Almudena, no me jodas más, estoy aquí soportando a tu madre y viviendo en el culo del mundo y haciendo todo lo posible por salir adelante y tú no haces más que echarme las culpas de lo que ha pasado. ¡No aguanto más!
Entonces oí un portazo que supuse que era de la puerta de casa y a mi madre llorar. Odiaba oírlos discutir. Desde que vivíamos en casa de mi abuela no habían dejado de hacerlo, pero creo que nunca habían gritado tanto como aquel día. Oí de nuevo el móvil, era Axel. Volví a colgarle y cerré los ojos. Sólo me apetecía desaparecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario